Ciclo
Circadiano
Imagina que un día despiertas en una cueva oscura donde no puedes saber si es de día o de noche ¿Crees poder vivir tu vida como estás acostumbrado? ¿Sabrías a qué hora debes dormir o despertar? ¿Cuándo sería el momento habitual de tus comidas? ¿Muy difícil no es así?
Exactamente eso fue lo que hicieron tres científicos en España en el verano de 1969, decidieron pasar 2
1 días dentro de una cueva sin saber qué sucedía afuera, solo con un teléfono para ellos comunicarse con el exterior y reportar sus avances o necesidades, con la intención de conocer qué cambios sufrirán sus cuerpos y ellos mismos bajo ese ambiente.
​
Notaron que al paso de los días perdían la noción del tiempo y sumaban horas extras a su “día normal”, llegando a marcar a sus compañeros del exterior cuando se levantaban suponiendo que eran las 10:30 am, cuando el equipo en el exterior tomaba nota de la llamada a las 4 am, éste como otros experimentos sirvió de inspiración para más experimentos con ambientes controlados en laboratorios para estudiar lo que ahora conocemos como ritmos circadianos.
​
Pero para entender sobre los ritmos circadianos, antes debemos entender qué son los relojes biológicos. Los relojes biológicos son encargados de llevar nuestro tiempo interno, estos relojes están conformados de proteínas y se encuentra en casi todos los tejidos y órganos de nuestro cuerpo, estos son los encargados de producir los ritmos circadianos y su regulación.
El reloj principal se encuentra en nuestro cerebro, tiene el nombre de núcleo supraquiasmático (NSQ), está conformado por cerca de 20 mil neuronas, se encuentra en el hipotálamo y recibe información a través de nuestros ojos.
​
El Dr. Satchidananda Panda nos da un ejemplo muy sencillo para comprender el funcionamiento de estos relojes: Nos pide que imaginemos a nuestro cuerpo como una casa, donde cada órgano es una habitación diferente, con un reloj diferente. El reloj de la recámara nos indica cuando dormir y despertar, el reloj de la oficina nos indica cuando trabajar, el de la cocina nos indica cuando comer y así con el reto de las habitaciones.
Gracias a diferentes experimentos al día de hoy conocemos que cada reloj en cada uno de nuestros órganos le indica a este en qué momentos debe hacer sus actividades específicas.
Pero lo más interesante es lo que el Dr. Satchidananda y su equipo encontraron que nuestros relojes internos pueden llevar ritmos distintos porque los genes activos en cierta parte de nuestro cuerpo pueden no estar activos al mismo tiempo en distintos órganos.
​
Los ciclos circadianos por otro lado son los cambios físicos, mentales y de conducta que suceden día con día, mediados principalmente por el día (luz) y la noche (obscuridad), con una duración de 24 horas. La cronobiología médica es la rama encargada de su estudio.
La regulación de hambre y saciedad, las vías de nuestro metabolismo, los mecanismos de reparación celular, la división celular, la comunicación en nuestras células, la producción de enzimas, hormonas e incluso hasta el consumo de medicamentos son actividades mediadas por nuestros relojes internos y ritmos circadianos.
De acuerdo a la naturaleza de nuestro cuerpo, tiene diferentes funciones dependiendo del horario en que se encuentre.
​
Durante el día:
Disminuye la melatonina
Probables evacuaciones por el aumento de motilidad intestinal Incrementa el cortisol
Mejora la regulación de la glucosa
Mejora la respuesta inmune
Incrementa el estado de alerta
Músculos se preparan para el ejercicio
Picos de coordinación motora
​
Por la noche:
Incrementa la temperatura corporal
Consolidación de la memoria
Sueño profundo
Reparación de la piel y mucosa intestinal
Incrementa la hormona del crecimiento
Disminuye la motilidad intestinal
Disminuye la producción de saliva
Picos de producción de ácido estomacal
Se incrementa la melatonina
​
Al afectarse la regulación de nuestro relojes biológicos, se producen alteraciones en los ritmos circadianos que pueden influir en la manera que dormimos, nuestra producción de hormonas, nuestros hábitos de alimentación, la digestión, la temperatura de nuestro cuerpo, lo cual es un factor de riesgo para el desarrollo de múltiples enfermedades.
​
Como mencionamos anteriormente el NSQ es el encargado de la regulación de los ritmos circadianos en nuestro cuerpo, sin embargo existen factores ambientales que pueden afectarlo por ejemplo, las exposiciones a la luz distintas a las de nuestro ritmo natural, los horarios a los que comemos o los horarios a los que realizamos ejercicio.
