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Carne Roja

Es rica, sin duda, esto no es nada nuevo, y es algo que encontramos en casi todo los platillos y restaurantes típicos, y la carnita asada ó un buen corte de res es simplemente parte de nuestra cultura ¿Y qué perdemos continuando con este patrón alimenticio? ¡Mucho! A través de los años hemos aprendido que el consumo frecuente de carnes (puerco, res, cordero), especialmente la carne roja y carnes procesadas (embutidos, salchichas, jamón) esta muy relacionado a problemas de salud, tanto a corto como a largo plazo. Los efectos negativos de este tipo de dieta podrían ser causados en parte por la presencia de compuestos cancerígenos encontrados en carnes procesadas y carne cocinadas, y en parte por la ausencia de plantas protectoras de la salud en la dieta.

 

Es por esto que me gustaría darte razones científicamente respaldadas del porqué deberías de bajar tu consumo de carne roja:

 

✓ Salud cardiovascular: Los alimentos de origen animal como la carne roja son fuentes importantes de grasas saturadas y colesterol en nuestras dietas. Investigaciones revelan que las personas que comen carne roja tienen más probabilidades de tener presión arterial alta, colesterol alto, mayor riesgo de insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular. Algunos estudios muestran que el riesgo de estos padecimientos está también relacionado a la dosis y a la frecuencia del consumo de estos. Un meta-análisis realizado por Harvard creó énfasis a carnes procesadas en particular, lo que mostró un riesgo 42% mayor de enfermedad coronaria con su consumo frecuente.

 

✓ Diabetes tipo 2: En un estudio exhaustivo, donde 442,101 participantes fueron evaluados sobre sus factores de riesgo para desarrollar diabetes tipo 2, se descubrió que comer una porción de 100 gramos de carne roja al día está relacionada con un riesgo 19% mayor de desarrollar diabetes tipo 2 y comer una porción diaria de 50 gramos de carne procesada se asocia con un riesgo 51% mayor.

 

✓ Inflamación sistémica: El consumo de carne roja se ha asociado con un estado pro-inflamatorio, lo que desata padecimientos crónicos como la diabetes, el Alzheimer, el síndrome metabólico y problemas cardiacos. En algunos estudios, se ha relacionado el consumo de carne roja con un incremento en la proteína C reactiva, un indicador importantísimo de inflamación en el cuerpo, algo que con frecuencia revisamos en consulta.

 

✓ Incrementa el riesgo de síndrome metabólico: un padecimiento donde varios factores de la salud se ven alterados: la presión arterial, el azúcar, bajos niveles del colesterol bueno HDL, los triglicéridos y grasa visceral.

 

✓ Carga tóxica: esta es una de las principales razones por la cual deberíamos de evitar la carne roja. Nos encanta comer carne asada, ahumada y carbonizada que proviene de cocinar carnes rojas, aves y pescado a altas temperaturas. Y también nos gustan las carnes curadas o saladas con nitratos y nitritos, como los hot dogs, jamón y el tocino. La evidencia ahora revela que estas formas de cocinar y procesar carnes producen compuestos cancerígenos peligrosos como los compuestos nitrosos, las aminas heterocíclicas y los hidrocarburos aromáticos policíclicos, compuestos relacionados con la inflamación en el cuerpo y el riesgo de enfermedades crónicas.

 

✓ Cáncer: la relación entre el consumo de carnes rojas y el cáncer es cada vez más convincente. En una investigación exhaustiva realizada por el instituto nacional de salud, que

incluyó a unos 500,000 hombres y mujeres, mostró mayor riesgo de cáncer de colón y de esófago con un mayor consumo de carne roja, un mayor riesgo de cáncer de colón y de pulmón con un mayor consumo de carnes procesadas, y mayor mortalidad por cáncer con mayor consumo de carne procesada y rojas. Cánceres como el de próstata, hígado, pancreático y cáncer de mama también se ven afectados por estos alimentos. El consumo de carnes rojas se relaciona al cáncer en su mayoría por el método de preparación, exposición a tóxicos cancerígenos y el desbalance en la microbiota intestinal que resulta por su consumo.

 

El consumo de carne roja es algo prácticamente nuevo, mucho tiempo atrás la carne no era tan abundante o accesible como lo es hoy en día. La carne que tenemos hoy es por las prácticas modernas de agricultura animal. A medida que los animales son encerrados, alimentados con dietas inadecuadas para ellos y bombardeados con antibióticos para prevenir enfermedades, producen una carne que tiene una calidad nutricional inferior a la de los animales criados a libre pastoreo. Lo que comemos hoy no es lo mismo que comían nuestros abuelos.

 

Esto no quiere decir que no podamos consumir carnes rojas. Esto significa que debemos de reducir drásticamente nuestro consumo, mover la carne del centro de nuestro plato para que no sea la principal fuente de calorías y nutrientes , cuidar la calidad de carnes que estamos consumiendo, buscar mejores métodos de preparación, y evitar lo más que podamos las carnes procesadas y embutidos.

 

En este manual incluímos más carne roja para intentar favorecer todos los gustos, si la puedes evitar y utilizar 1 vez por semana o cada 15 días, es lo mejor que podrías hacer, en su lugar puedes usar alguna otra receta de pescado, salmón, atún o pollo orgánico.

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